Para aquellos que vienen de facebook, acá lo que les estaba comentando:
La frase «Misericordia quiero y no sacrificio» se encuentra exactamente en Oseas en el capítulo 6, versículo 6. La cita completa es: «Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos». Esta declaración de Dios a través del profeta Oseas es una llamada a la sinceridad y al corazón verdadero en la relación con Dios, destacando la importancia de la misericordia y el conocimiento de Dios sobre las prácticas rituales sin un compromiso real con Él.
Cuando se habla de sacrificar corderos en el Antiguo Testamento, se hace referencia a las prácticas rituales judías prescritas en la Ley de Moisés. Estos sacrificios de animales tenían un PROPÓSITO SIMBÓLICO y eran parte de la adoración y el sistema de expiación de pecados bajo la Antigua Alianza. Sin embargo, a lo largo de los profetas, se enfatiza repetidamente que el sacrificio en sí mismo no es suficiente si no va acompañado de un corazón arrepentido y una vida justa. Tal es el caso de «Misericordia quiero y no sacrificio» así como muchas tantas otras menciones más a través de la biblia, que dejan ver lo que verdaderamente quiere Dios, más allá de los actos simbólicos establecidos por Él mismo, es decir, primero arrepentimiento, misericordia, justicia, etc y luego los actos simbólicos.
Ahora bien, la conexión con el Nuevo Testamento y la muerte de Cristo en la cruz radica en que, Jesucristo es considerado el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Su sacrificio (y más adelante comento sobre este significado) es visto como la culminación y el cumplimiento final de los sacrificios del Antiguo Testamento. La muerte de Cristo se interpreta como un acto de misericordia divina, donde Dios provee la solución definitiva para la redención y la remisión de los pecados, superando la necesidad de sacrificios animales continuos.
Así, la frase «Misericordia quiero y no sacrificio» resalta la importancia de la relación genuina con Dios y la obediencia del corazón sobre las prácticas rituales vacías, sin que éstas dejaran de ser válidas bajo el contexto del antiguo testamento, pero nunca jamás, las más importantes en si mismas. En el contexto del nuevo testamento, la muerte de Cristo se ve como la máxima expresión de la misericordia divina y como la solución completa para la redención y el perdón de los pecados.
Ahora bien, ¿por qué la muerte de Cristo es llamada un «sacrificio»?
Para explicar estas razones hay que hacerlo entendiendo el marco conceptual del Antiguo y Nuevo Testamento.
Aquí expongo algunas de ellas:
Cumplimiento de Tipos y Símbolos del Antiguo Testamento:
En el Antiguo Testamento, los sacrificios de animales eran parte integral de la adoración y la expiación de pecados. Jesucristo, siendo visto como el Cordero de Dios, es considerado el cumplimiento y la realidad a la que apuntaban esos sacrificios simbólicos. En ese sentido, su muerte se interpreta como el sacrificio definitivo que cumple con la necesidad de redención.
Juan 1:36 «Cuando vio pasar a Jesús, exclamó: ¡Aquí tienen al Cordero de Dios!» Juan el Bautista señala a Jesucristo como el Cordero de Dios.
1 Pedro 1:19 «sino con la preciosa sangre de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin defecto.» Pedro describe la sangre de Cristo como la de un cordero sin mancha, haciendo alusión al simbolismo del sacrificio sin defectos.
Apocalipsis 7:14 «Les respondí: Señor mío, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación; han lavado y emblanquecido sus ropas en la sangre del Cordero.»
Redención y Expiación:
La muerte de Cristo se percibe como un acto de redención y expiación. En términos sencillos, la expiación implica el pago o la satisfacción por el pecado, y la redención implica ser liberado o comprado de la esclavitud del pecado. La muerte de Cristo se ve como el medio a través del cual se logra la reconciliación entre la humanidad y Dios.
REDENCIÓN:
Efesios 1:7 «En él tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, según las riquezas de la gracia.»
Colosenses 1:14 «En quien tenemos redención, el perdón de pecados.»
EXPIACIÓN:
Romanos 3:25 «Dios lo ofreció como sacrificio de expiación mediante la fe en su sangre. Así demostró su justicia, pues en su paciencia dejó sin castigo los pecados pasados.»
Hebreos 9:14 «Cuánto más la sangre de Cristo, quien mediante el Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de las obras que conducen a la muerte, para que sirvamos al Dios viviente.»
COMPRA Y LIBERACIÓN:
1 Corintios 6:20 «Fuisteis comprados por precio; no os hagáis esclavos de los hombres.»
Gálatas 3:13 «Cristo nos redimió de la maldición de la ley al hacerse maldición por nosotros, pues está escrito: ‘Maldito todo el que es colgado en un madero.'»
Ofrenda Voluntaria:
Jesucristo se ofrece voluntariamente para llevar a cabo este acto de redención. Jesús mismo habla de su voluntad de dar su vida como un rescate por muchos (Mateo 20:28). Su disposición a ofrecerse a sí mismo añade el componente de voluntariedad al concepto de sacrificio.
Culminación de los Sacrificios Antiguos:
La muerte de Cristo se ve como la culminación y cumplimiento de los sacrificios del Antiguo Testamento. Mientras que los sacrificios de animales eran provisionales y simbólicos, la muerte de Cristo se considera el sacrificio perfecto y completo que aborda de manera definitiva la separación entre Dios y la humanidad causada por el pecado.
Hebreos 9:11-12 «Pero cuando vino Cristo como sumo sacerdote de los bienes ya presentes, por medio de un tabernáculo más grande y más perfecto que no fue hecho por manos humanas (es decir, que no es de esta creación), y no entró en el Lugar Santísimo por medio de la sangre de machos cabríos y becerros, sino por su propia sangre, logrando así un rescate eterno.»
¡El cordero inmolado!
Este pasaje destaca que Cristo ingresó al Lugar Santísimo no con la sangre de animales, sino con su propia sangre, proporcionando un rescate eterno.
Hebreos 10:10-12 «Y mediante esa voluntad, hemos sido santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo, hecha de una vez para siempre. Cada sacerdote se presenta día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados. Pero este sacerdote, después de haber ofrecido por los pecados un solo sacrificio para siempre, se sentó a la derecha de Dios.»
Aquí, se destaca que el sacrificio de Cristo es único y completo, en contraste con los sacrificios repetitivos del Antiguo Testamento.
Hebreos 10:14 «Con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los que está santificando.»
Este versículo enfatiza la perfección y la finalidad de la obra de Cristo.
Colosenses 2:17-17 «Estas cosas son una sombra de las que habrían de venir; la realidad, sin embargo, se encuentra en Cristo.»
Aquí se presenta la idea de que los rituales y sacrificios del Antiguo Testamento eran sombras de la realidad que se encuentra en Cristo.
Estos versículos resaltan cómo la muerte de Cristo es vista en el Nuevo Testamento como la culminación y cumplimiento de los sacrificios del Antiguo Testamento, proporcionando una solución definitiva para la redención y la reconciliación entre Dios y la humanidad.
Remisión de Pecados:
La muerte de Cristo se vincula con la remisión de pecados. En la Última Cena, Jesús habla de su sangre derramada por muchos para el perdón de pecados (Mateo 26:28). En este versículo, Jesús establece el simbolismo de la copa de vino como representación de su sangre, que será derramada por muchos para el perdón de pecados. Este pasaje destaca el significado redentor de la muerte de Jesús en la cruz, proporcionando la base para el perdón de los pecados de aquellos que confían en él.
En resumen, la muerte de Cristo es llamada «sacrificio» porque se entiende como la ofrenda voluntaria y redentora que cumple con las tipologías y simbolismos del Antiguo Testamento, y que proporciona una solución completa y definitiva para la separación causada por el pecado. Este concepto es fundamental para el entendimiento sobre la obra redentora de Jesucristo.
Ahora bien, hablemos de significado de la palabra sacrificio y qué tipos de sacrificios hay.
Hay dos formas de entender el sacrificio. Una, es quien se sacrifica voluntariamente por algo, da su vida o la entrega y aunque esa ofrenda o entrega voluntaria sea por amor, implica un sacrificio por las consecuencias inmediatas a la seguridad física de la persona. No es lo mismo entregar por amor a alguien palabras y gestos bondadosos, a entregar mi vida por amor a alguien y que implicará maltrato y dolor físico. Cuando la entrega implica dolor, maltrato y tortura, implica sacrificio.
La otra es cuando alguien sacrifica a otra persona o animal. En este caso, hay un sacrificador, incluso, así la persona no lo quiera.
En el caso de Cristo ocurrieron las dos cosas, por amor se entregó voluntariamente a la tortura del calvario para que unos sacrificadores ejecutarán una sentencia de castigo sobre él.
En cuanto al Sacrificio Voluntario:
Jesucristo se entregó voluntariamente, consciente de las consecuencias físicas y emocionales que implicarían su sufrimiento y muerte en la cruz. Este aspecto destaca el amor y la voluntariedad de su sacrificio, como se refleja en pasajes como Mateo 20:28 y Juan 10:11.
Sacrificio por parte de Otro:
En el contexto de la crucifixión, Jesucristo fue objeto de la acción de otros: fue arrestado, juzgado y ejecutado (asesinado) por las autoridades de su tiempo. Desde esta perspectiva, se puede ver como un sacrificio infligido sobre él por otros, cumpliendo un propósito redentor. Este aspecto se alinea con la comprensión de que su muerte fue un acto judicial, parte del plan divino de redención.
Ambas perspectivas convergen en el entendimiento del sacrificio de Cristo. Su entrega voluntaria se combina con el hecho de ser objeto de la acción de otros, y todo esto se interpreta como un acto redentor que lleva a la expiación de los pecados y a la reconciliación entre Dios y la humanidad. La riqueza del simbolismo y significado teológico del sacrificio de Cristo se deriva de la complejidad de estas dos dimensiones.
De modo que concluyo lo siguiente:
1. El sacrificio de corderos en el antiguo testamento fue instituido por Dios mismo como un ritual simbólico de la remisión de pecado y como una sombra de lo que iba a ser la muerte de Cristo en el futuro.
2. En cuanto a esos sacrificios, esos rituales no limpiaban pecados ni propiciaban perdón ni redención alguna en si mismos. Solo eran una expresión simbólica de lo que internamente debían experimentar las personas de forma individual en su relación con Dios, como arrepentimiento, fe, misericordia, justicia etc. Por eso: «Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos», es decir, esto es lo verdaderamente importante, sin dejar de hacer lo otro, porque lo otro sin esto, no significa nada.
3. La muerte de Cristo es un símbolo que representa el fin de los sacrificios animales, siendo el mismo Cristo el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Es el último de los sacrificios y representa dos connotaciones, la entrega voluntaria, por amor, que representa sacrificio porque implica sufrimiento físico y el sacrificio infringido por otros al juzgarle, condenarle y propiciarle sufrimiento físico hasta la muerte (asesinarlo)
4. Es importante señalar que los Evangelios del Nuevo Testamento fueron escritos principalmente en griego, he buscado la palabra específica para «sacrificio» y he encontrado que en los textos originales griegos puede variar.
Sin embargo, en la mayoría de versículos citados anteriormente del nuevo testamento, la palabra «sacrificio» en español generalmente se traduce del griego «θυσία» (thysia), que se refiere a una ofrenda o sacrificio.
5. Por tanto, entendiendo sacrificio como aquello que infringe algún tipo de dolor en la persona que lo padece, Cristo, entregándose voluntariamente al padecimiento físico, por amor, se dio en sacrificio por ello y los otros, los que lo asesinaron, lo sacrificaron; siendo Él perfecto, siendo entonces un sacrificio desde el punto de vista del que se entrega y un sacrificio desde el punto de vista del que asesina. Cumpliendo así la obra redentora de Dios, no solo con la muerte sino también en su gloriosa resurrección para dar perdón, redención y VIDA ETERNA a todo aquel que cumple con el único requisito: CREER!
De modo que la esencia del mensaje cristiano se centra en la creencia en la muerte y resurrección de Jesucristo como el medio por el cual la redención, el perdón de pecados y la vida eterna son posibles. La importancia teológica no radica únicamente en la caracterización precisa de si se considera o no un «sacrificio» en términos específicos, sino en la creencia en el significado redentor de su obra.
La fe en la muerte y resurrección de Cristo es el corazón del mensaje cristiano y su importancia se destaca en varios versículos bíblicos. Por ejemplo:
Juan 3:16 «Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.»
Romanos 10:9 «Si confiesas con la boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo.»
La creencia en la muerte y resurrección de Cristo es esencial para la reconciliación con Dios y la obtención de la vida eterna. La discusión sobre el significado exacto del término «sacrificio» es importante en el ámbito teológico, pero lo fundamental es la fe en la obra redentora de Cristo para la salvación y el perdón de pecados. ¿Cuántos habrán sido salvos creyendo o no que en el sentido literal fue un sacrificio?
Si has leído hasta aquí y aún no crees en la obra redentora de Cristo, en su muerte, en su resurrección y en el perdón de tus pecados, te invito a creer, a entablar una relación personal con él y en la intimidad a hablar con él como se habla con un amigo y a partir de ahora a contarle a otros la verdad que Cristo ha hecho en ti, perdón de los pecados, redención y salvación para vida eterna.
Les amo y espero que en algo, aunque sea en alguito, haya sido de provecho.